jueves, 31 de julio de 2008

s/t (31-07-08)

Odio verla así, odio ser consciente de todo el daño que le he hecho, mientras creía hacer lo mejor para ella. Tendría que haber sido consecuente con mis sentimientos, y haberla raptado y obligado a un matrimonio relámpago. Ahora ya sería mía, y nada de todo esto nos habría separado.

La estrecho aún más fuerte contra mi pecho, con miedo a que si la separo unos centímetros siquiera, se desvanecerá como el humo, y ese horrible muro se alce otra vez entre nosotros. Sé que aún no me he deshecho de él, que tardaré en hacerlo, pero cada sillar extraído es la más grande de las victorias.

Sigue gimiendo, expulsando todas esas lágrimas de las que yo soy causante, y el corazón se me rompe en mil pedazos al verla así, me armo de valor y la separo ligeramente de mí, lo justo para poder poner su cabeza frente a la mía. Con suavidad sustituyo cada una de sus lágrimas por besos, hasta que por fin llego a sus ojos y los cierro con la tibieza de mis labios.

Siento sus manos envolviendo mi cuerpo y es me envalentona, y tras dejar ligeros besos a lo largo de su rostro, tomo otra vez su boca al asalto. Dejo libre todo el deseo reprimido, y soy más brusco de lo que realmente me gustaría, pero ya no puedo contener más mi necesidad de ella. Esa necesidad que ninguna otra sería capaz de suplir.

Necesito tenerla junto a mi, nuestros cuerpos desnudos en contacto y acoplándose frenéticamente, pero sé que no puedo hacerlo, que de momento debo conformarme con sus deliciosos labios. Mis manos recorren la tela húmeda de su vestido, sintiendo el calor de su cuerpo, pero no puedo permitirme más. No hasta que sea mi esposa.

Puede que también eso sea una estupidez, pero no quiero condenarla a la deshonra si algo ocurre, será mi mujer, y tiene que serlo en breve, porque ya no podré soportar mucho tiempo más sin ella.

El amor que siento me abrasa por dentro, hace que crezca en mí el anhelo desesperado de que todo sea distinto. Podría soportar incluso un largo compromiso si hubiera una sonrisa en sus labios. Pero no así, no viendo como huye a cada instante de mí, como se encierra en sí misma una vez más, alejando a todos los que la quieren de ella.

Me la imagino sola, frente a su ventana, observando la vastedad de la ciudad sin emitir ni una sola palabra. Y no quiero verla así, necesito una sonrisa en sus labios, en sus preciosos ojos de color miel. Que toda ella refulja como cuando la conocí, como cuando compartimos aquel primer vals al margen de todos.

Finalmente nuestros cuerpos se separan y nuestras miradas se unen. Sin decir nada ella deja vagar sus manos hasta mi cabello, jugando con las pequeñas gotas de agua que aún permanecen en él fruto del aguacero. Enroscando sus dedos en mi cuero cabelludo y electrificando cada uno de los músculos de mi cuerpo.

No soy capaz de soportar un contacto tan íntimo sin ir a más, por lo que tomo sus manos heladas entre las mías, y las beso una y otra vez, intentando devolverles la calidez. Pero todo este contacto me está matando y no quiero que por mi culpa enferme.

Así que la tomo entre mis brazos y la subo a una de las habitaciones de la planta alta. En el camino mientras ella se acomoda en mi cuello, doy gracias al cielo de que todo haya ocurrido en la mansión de mi prima, no quiero ni imaginar el escándalo que se habría montado si hubiera sido cualquier otro lugar. Y ruego al cielo de que nadie ajeno nos haya visto salir al jardín.

A mis espaldas, el reguero de agua marca nuestro camino hasta la solitaria figura de mi prima, que mira desde el inicio de la escalera con el ceño fruncido. Se nota que no está muy contenta con la situación, y tiene toda la razón del mundo para no estarlo, pero ya me cansé de esperar y de tanta tontería. Sé acabó.

Abro la puerta de una de las habitaciones de invitados, la que previamente se me indicó, y la dejo tendida sobre la cama. En un principio no quiere separarse de mí, y obligarle a hacerlo a la fuerza me desgarra, pero así tiene que ser, y salgo de la habitación observando esa mirada de pavor infantil en sus ojos, ese tremendo pánico a quedarse completamente sola para siempre.

Quiero quedarme con ella, demostrarle que nunca más estará sola, pero de momento el deber me reclama en la fiesta de la planta baja, y para ello necesito cambiarme primero. Sé que con su doncella estará a salvo, y que podrán adecentarla en poco tiempo, pero el saber que no podrá volver al salón me enfurece.

Me habría gustado estar más tiempo con ella pero, seguramente para cuando la fiesta acabe ella ya estará desde hace tiempo en la casa de su madrina.

A pesar de tener ya el pomo de la puerta en la mano, me doy la vuelta y me dejo caer junto a ella en la cama, tomando sus manos con fuerza y depositando un beso en su frente. Un débil “te amo” sale de mis labios, justo antes de que me levante y deje atrás la habitación sin mirar atrás. Porque de hacerlo, nunca más la abandonaría.



ESCOCIA


Escoceses que con Wallace derramasteis vuestra sangre,
Escoceses a quines Bruce más de una vez os guió,
¡Bienvenidos a lecho de la muerte
o a la victoria!


Ha llegado el día y ha sonado la hora:
Mirad al frente de batalla,
ved al poder del altivo rey Eduardo acercarse:
¡Cadenas y esclavitud!

¿Quién será un traidor?
¿Quién ocupará una tumba de cobarde?
¿Quién es tan vil que prefiere vivir como esclavo?
¡Que se vuelva y que se marche!

¡Quién por Escocia y su ley
alce con fuerza la espada de la libertad,
vivirá como hombre libre o como tal morirá!
¡Que me siga!

Por las penas y el dolor de la opresión
por nuestros hijos en cadenas serviles,
derramaremos la sangre de nuestras venas
pero ellos libres serán.

¡Derrotaremos al orgulloso usurpador!
¡Caiga en cada enemigo un trono!
¡En cada golpe está nuestra libertad!

¡Victoria o Muerte!


Robert Burns

miércoles, 30 de julio de 2008

s/t (30-07-08)

Siento sus manos recorriendo todo mi cuerpo, encendiendo a su paso un fuego abrasador que no creía que existiera. Su boca me devora, su lengua me invade y siento como si poco a poco estuviera cayendo en un profundo abismo del que no quiero escapar.

Pero pronto mis labios dejan de satisfacerlo y tras acercarme aún más a él, si es que es posible, besa levemente mi rostro hasta perderse en mi cuello. Al sentir el cálido contacto en un lugar tan íntimo suelto un pequeño gemido, apenas perceptible, pero él parece escucharlo y se pone más nervioso aún.

La intensidad del momento es abrumadora y cada vez ansío más algo que desconozco pero, de repente sus labios dejan mi cuello y se separa bruscamente de mí. De repente siento la lluvia caer sobre mí, el frío hace de mi cuerpo su presa, y la soledad me envuelve otra vez. Fijo mis ojos en su intensa mirada, pero no consigo descifrar su mensaje, él respira agitadamente y mantiene aún los brazos alzados en mi dirección, pero se mantiene deliberadamente lejos.

No sé que decir o que hacer, debería haber dejado la fiesta en el mismo momento en el que lo vi entrar, pero no lo hice... y ahora debo pagar nuevamente las consecuencias. Los segundos pasan y ni una sola palabra sale de sus labios, su mirada sigue fija en mi pero en un gesto tan inescrutable que pronto me doy por vencida y dejo atrás el mirador. Intento avanzar con paso firme pero la lluvia y mi vestido empapado me lo impiden.

Otra vez desgarrada por dentro, sintiendo la vergüenza de haber caído en sus redes, la tormenta retumba en mis oídos sin dejarme escuchar nada más. Ni tan siquiera los agitados pasos a mi espalda, por lo que jadeo sorprendida al sentir sus gélidos brazos rodeándome.

- Por favor, no me importa rogar si hacerlo te trae de vuelta a mi lado. Mi mundo sin ti no es más que oscuridad. Tu eres mi luz, mi fuego, mi vida...

Sus palabras, teñidas de desesperación me llegan al alma y hacen que estalle en llanto. Quiero creerle, necesito creerle, pero el miedo a ser abandonada otra vez es más fuerte en mí. Me gustaría, por una vez, tener el valor de arriesgarme, de darme la vuelta y decirle que nunca más me separaré de su lado, pero no sé ni tan siquiera lo que quiere en realidad.

Porque ya me entregué una vez a él, completamente, y trato mis sentimientos y a mi misma como si nada le importaran, cómo si yo no fuera nada más que otra tarea pendiente de la que tuviera que encargarse. Cuando más lo necesitaba me dejó sola y sin ni siquiera saber porqué.

¿Cómo puedo confiar ahora?, ¿Cómo sabré si no me abandonará otra vez cuando ya no le sea necesaria?. No quiero pensar, sólo quiero abandonarme, dejar de sentir este dolor, pero mi mente racional me zahiere una y otra vez recordando todos esos meses de mutismo.

Intento soltarme pero él me abraza aún más fuerte y me acerca al edificio para que la lluvia no me golpee. Me da ligeramente la vuelta y coloca mi espalda contra la pared, dejándome atrapada entre el edificio y su recio cuerpo. Se acerca a mí y con la nariz acaricia mi cuello.

- Ya no sé como pedirte perdón, me comporté como un estúpido dando por hecho que eras como el resto de las mujeres. Pero cuanto más te conozco, descubro más diferencias ante ellas, y mi corazón más te quiere. Cada día sin ti no es más que una agonía, no soy capaz de comer, de dormir, ni de concentrarme en el trabajo, hasta mi familia se está viendo afectada por mi hosca actitud. Me comporte como un imbécil, pero no creo merecer semejante castigo. Te necesito más que a mi propia vida...


Quiero creerle, quiero creer que sus palabras son sinceras, alzo las manos y tras cogerle el rostro lo coloco frente a mí.

- Te equivocas, yo para ti nunca seré lo más importante, estás casado con tu familia y con tu trabajo, no hay sitio para mí en tu vida. Por favor, no me hagas sufrir más haciéndome anhelar algo que jamás tendré. Puedo parecerte una niña, una niña que no es consciente de su responsabilidad. Pero no puedo, simplemente no puedo ocupar el lugar que tu me ofreces. No seré nunca un objeto para nadie.

Veo un ramalazo de furia en sus ojos, y por unos instantes su rostro se transfigura. Dejo caer mis manos un tanto asustada de su actitud, más aún cuando veo como se cierra su puño y golpea con fuerza la pared a mi espalda.

- Basta ya de poner en mis labios cosas que no he dicho. Sí cometí una estupidez dándote el espacio que creí necesitabas, pero jamás has sido un objeto para mí. Debía cumplir ciertas responsabilidades antes de poder centrarme en mi propia vida, pero todo está arreglado, y no pienso permitir que ni tu, ni esa mujer te aparten de mi lado – Se acerca aún más hasta mí hasta que nuestras narices casi se tocan – Eres mía ¿comprendes?. Y no cejaré hasta que lo comprendas.

Sin una sola palabra más se separa de mí y vuelve al salón completamente empapado sin importarle lo que dirá la gente al verle. Pero yo no puedo, simplemente no puedo enfrentarme a todos ellos, ni puedo enfrentarme a mi misma... Me dejo resbalar por la pared sin importarme nada más, hasta perderme en el llanto, en la desesperación. Sigo sin comprender porqué le doy más importancia a mi orgullo antes que a todo lo demás, porque sigo empeñada en negar que a pesar de todo lo sigo amando como el primer día.

Lloro desconsolada abrigada por el fragor de la tormenta que me oculta del resto del mundo, pero no de él, que finalmente vuelve con una manta en las manos, me cubre con ella, y sin que pueda decir nada me toma en voladas y me lleva al interior de la casa por una de las puertas laterales.

El simple gesto me desgarra aún más, me hace comprender cuanto me quiere a pesar de todo lo que le he negado estos últimos meses. Sus gestos tiernos y cariñosos mientras me seca, me hacen llorar más, hasta que al final deja la toalla, y me toma simplemente entre sus brazos.

martes, 29 de julio de 2008

s/t (28.07.08)

Su presencia me abruma, hace que el aire desaparezca y que todo a mí alrededor se desarrolle en cámara lenta, y como cubierto por una bruma. El corazón golpea mi pecho, como queriendo huir. Huir como yo deseo hacerlo, y cómo finalmente haré.

No puedo ocultar lo que siento, ya no puedo colocarme una máscara de indiferencia que haga creer a todo el mundo que nada extraño me ocurre. No estando el delante, tan cerca de mí, y a la vez tan lejos. Quiero verlo, sentirlo, pero a la vez deseo correr hasta que no me queden fuerzas, o hasta que entre nosotros haya una distancia tan grande que él no pueda franquear.

No hablo, no respiro, ni tan siquiera soy consciente de aquellos que me rodean, por lo que al final tras emitir una sutil disculpa, abandono el grupo, ese grupo que ya ni tan siquiera sé de quien está compuesto. Porque para mí ya sólo él está en el salón, soy consciente de cada uno de sus movimientos, de sus gestos, de sus palabras, de sus sonrisas, y no quiero serlo. No quiero que su presencia me afecte tanto, en realidad no quiero que su presencia me afecte de ninguna manera.

Dicen que el tiempo todo lo sana, que incluso los corazones rotos se regeneran, sin embargo el mío vuelve a sangrar al verlo. Vuelve a doler como el primer día, y todo aquello por lo que he luchado se derrumba como un castillo de naipes.

Sé que no es la primera vez que le he visto desde su vuelto, y que seguramente no sea la última, pero cada una de esas veces mi reacción ha sido la misma, y me odio a mi misma por ello, porque no parezco más que una marioneta cuyos hilos sólo él pueda manejar.

Fijo mi vista en el embaldosado y avanzo sin pensar, chocando con la gente en mi camino y dejándolos atrás sin emitir siquiera una disculpa. Necesito huir, salir de allí, y hacerlo antes de que las fuerzas me flaqueen. Porque no quiero volver a parecer una niña tonta ante su presencia. No quiero que crea que todo el daño que me ha hecho se puede olvidar de la noche a la mañana.

Pero cuando finalmente sus ojos se posan en los míos, es cómo si nada existiera al margen de los dos. Comienzo a flotar sobre el suelo, y olvido todo lo ocurrido, hasta dejarme llevar por sus palabras. Y no quiero que vuelva ocurrir, quiero que algo de dignidad quede en mí, quiero respetarme a mi misma, y ser capaz de no rendirme ante él.

Finalmente las puertas del jardín se abren ante mí, la terraza oscura y solitaria me parece ahora el mayor de los refugios. Un lugar en el que poder respirar nuevamente, en el que sentirme libre por unos instantes de las cargas impuestas. No me importa el olor a ozono en el aire, no me importa el gélido viento sobre mis hombros desnudos, ni tan siquiera la tormenta que noto que se acerca. Me apoyo en el pasamanos y observo el tenebroso jardín que esta tarde adule maravillada, siento el deseo irresistible de recoger mi vestido, bajar los escalones que me separan de él, y perderme en ese bosque sombrío para siempre. Convertirme tal vez en una ninfa, o en un hada, o en lo que fuera... pero dejar atrás el sufrimiento que acarreo. Esa estupidez que me llevo a amarlo como lo amo.

Escucho un ruido a mis espaldas y me giro al tiempo que un inmenso rayo ilumina por unos segundos el jardín, su figura altiva resalta por unos instantes en la oscuridad, y puedo ver la sonrisa en su rostro. Mientras retumba el trueno mi corazón late tan fuerte que se confunde con él. Miro a mí alrededor como un conejillo asustado sabiendo que no tiene escapatoria y dos unos pasos hacia atrás hasta que mi vestido golpea el pasamanos. Miro unos segundos hacia atrás y cuando me quiero dar cuenta le siento frente a mí.

A pesar de mi altura un tanto elevada ante el me siento pequeña, menuda y frágil, cómo una muñeca de porcelana y que muchas veces el me trate como si lo fuera no me ayuda. Siento el deseo contenido en él, siento el tremendo amor que me envuelve estando a su lado. La desesperación en su mirada. Pero no soy capaz de decir las palabras que nos liberen a ambos. El miedo es más poderoso que el amor que siento, el miedo a que todo se repita otra vez. El miedo a amarle tan profundamente que me deje arrastrar...

Alza su mano temblorosa deseando acercarse a mí y acariciarme, pero en el camino se detiene y la cierra en un puño. Hasta dejarla caer sobre sus impolutos pantalones. Oigo como contiene la respiración, cómo él también busca fuerzas, pero yo no soy capaz de moverme. Desde el mismo momento en que él atravesó las puertas del jardín, todos mies miembros quedaron petrificados como si hubiera mirado de frente a Medusa.

Finalmente su voz, profunda, seductora se alza sobre los elementos y me acaricia como si de un amante se tratara. Quiero resistirme a él, pero tan sólo el sonido de su voz hace que las lágrimas escapen a su prisión y que todas mis defensas se desmoronen.

- ¿Por qué nos haces esto?. Mis actos no fueron los más adecuados, pero ya te pedí perdón por ello, porqué me castigas por un error que ya pasó, ¿por qué te castigas a ti misma?.

Sin dejar de mirarme a los ojos se quita el guante y seca las lágrimas de mis ojos, mientras se acerca un poco más.

- Dime sino que ya no sientes nada. Que mi estupidez mato lo que tu corazón albergaba. Dime que ya no sientes nada cuando hago esto – su mano izquierda rodea mi cintura, hasta colocarse justo sobre el fin de mi espalda – o esto – con la mano que descansaba en mi cara me acaricia suavemente descendiendo por el cuello, y llegando hasta la nuca, dónde con un simple gesto hace que todo mi cuerpo se estremezca – o esto.

Dice finalmente mientras sus labios descienden sobre mi cuello, dándome pequeños besos, recorriendo a la inversa el camino que su mano recorrió, hasta que se posan en mis labios. Dejándome sentir una vez más su aterciopelada calidez...

Quiero rechazarlo, separarlo de mí, y coloco mis manos en su pecho con esa intención, pero mientras sus labios ahondan en el beso, mientras su lengua me invade... me rindo... y dejo que vaguen por su pecho hasta alcanzar su cuello y acercarlo a mí.

El cielo finalmente se rompe y comienza a llover como si del diluvio se tratara, pero ninguno de los dos es consciente de ello. A los pocos segundos estamos empapados pero la fría lluvia no es capaz de apagar el deseo tan largamente reprimido.

sábado, 26 de julio de 2008

CONSTITUCIÓN DE ESTADOS Y NACIONES EN AMÉRICA: DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS Y LAS REPÚBLICAS LATINOAMERICANAS (1800 – 1860)

Podría decirse que, las diferencias son mayores que las similitudes en la conformación de estas dos realidades, Norteamérica y Sudamérica, que se mostrarán claramente opuestas. Este hecho se debe a que ambas han surgido de procesos históricos bien diferentes, y separados en el tiempo.

Para comprender este hecho pasaremos a explicar las diferencias existentes en las conformaciones de los Estados Norte y Sudamericanos.

Primeramente habría que destacar una clara diferencia cronológica en la conquista de ambas tierras; Así Sudamérica empezó a ser conquistada a finales del siglo XV, mientras que la conquista definitiva de Norteamérica no se retomó hasta el siglo XVII. Este hecho, aparentemente superficial, encierra diferencias de base muy fuertes ya que, la diferencia temporal implica también grandes diferencias en los campos de la economía, la política y la sociedad.

De esta forma Sudamérica surgió de la aplicación de unas realidades todavía feudales en las que la sociedad jerarquizada, la economía feudal y la política absolutista tenían un gran poder. Por ello, se gestó una sociedad completamente jerarquizada en la que los criollos eran la cabeza visible, lo que muchas veces favorecía la aparición de regímenes en los que el carácter individual era palpable y en muchas ocasiones derivaba en la autocracia o la dictadura. De la misma forma, se creía que la riqueza estaba en la posesión de tierra y, en menor medida, en el comercio, por lo que la industria, incipiente todavía no tuvo gran importancia; Además, la coyuntura no era la apropiada para su aparición ya que todavía se creía firmemente en el poder de los terratenientes quienes abarcaban la mayor parte de los recursos, estos creían además que la riqueza estaba en el mero hecho de la posesión de tierras. Por ello, y por la escasez de comercio interregional, las materias primas quedaban varadas en los lugares de producción. Además, está el hecho de que, a aparte de una minoría más liberal, la gran mayoría de la gente no creía necesario dar el paso hacia la industrialización.

Por otra parte Norteamérica se constituyó a partir de la migración, durante el siglo XVII, de puritanos, squires, comerciantes de Londres y disidentes en general, que propiciaron la aparición de una sociedad más moderna y menos jerarquizada (hecho al que ayudó la situación social de la Inglaterra de la época, en la que gracias a la intrusión de la Cámara de los Comunes en el Parlamento, se favoreció un lento cambio social en el que las clases populares irían teniendo cada vez más poder), en la que la riqueza no se basaba en la posesión de tierras, sino en el trabajo de cada persona. En realidad, el elemento puritano fue uno de los factores que más influyó en la creación de la sociedad norteamericana ya que, su predominio, favoreció el asentamiento de sus ideas que promulgaban el rigor de las virtudes públicas y privadas, además de un modo de vida austero, puro y trabajador, en el que se da una vital importancia al individuo. Estas ideas, unidas a los evidentes adelantos técnicos, favorecieron la aparición de una agricultura más avanzada en un principio y, una vez el asentamiento se había extendido y asegurado hacia el oeste, la aparición de una incipiente industria que, a pesar de mantenerse independientes de Gran Bretaña, fue potenciada por la antigua metrópoli.


Políticamente hablando Norteamérica se caracterizó por ser un espacio de prueba para las nuevas ideas políticas surgidas en la Inglaterra de la época, ya que una gran mayoría de los primeros pobladores eran disidentes políticos que escapaban de las persecuciones de los monarcas ingleses. Este hecho favoreció la formación de una sociedad completamente politizada y en la que el elemento central del monarca, había sido sustituido por el estado, como representante de todos los individuos de la nación.

De esta forma podemos observar claramente las diferencias que promovieron la creación de dos estados completamente diferentes que, se podrían reducir en las siguientes:


ECONOMÍA
Norteamérica
-Intrusión de una economía de producción en la que el trabajo es sinónimo de prestigio .
-Industrialización como evolución lógica a su expansión.
Sudamérica
-Basada fundamentalmente en la agricultura, que gestionada por grandes terratenientes.
-Prestigio basado en la posesión de tierras, no en su trabajo. Por lo tanto las oligarquías dominantes buscaban el prestigio de hacerse con nuevas tierras, sin importar el beneficio del País.

SOCIEDAD

Norteamérica
-Moderna y, fundamentalmente puritana (a excepción de una gran cantidad de presos que fueron exiliados a la zona).
-Gran importancia del individualismo.
Sudamérica
-Jerarquizada, en la que las oligarquías tienen todo el poder.
-Gran importancia de los lazos de clientelaje.

POLÍTICA
Norteamérica
-Estado surgido como la conjunción de los intereses de los diferentes individuos.
Sudamérica
-Estado como feudo particular de los oligarcas, en el que sólo se tienen en cuenta los intereses del dictador de turno.


Por otra parte las similitudes entre ambas son escasas y prácticamente se reducen a que ambas atravesaron un guerra de independencia para poder lograr el autogobierno; A partir de ahí, Sudamérica mantuvo el antiguo sistema colonial que, terminó llevándolo a la dependencia, y Norteamérica optó por la creación de un estado, completamente nuevo y basado en las nuevas ideas políticas vigentes en la época, que la llevaron a convertirse en una potencia mundial de primer grado.

De esta forma se puede entender que Sudamérica en ningún momento tuvo la oportunidad de convertirse en una gran potencia, ya que los regímenes jerárquicos basados en la predominio de una única persona, estaban abocados al fracaso; Mientras que Norteamérica buscó en las nuevas ideas políticas de las fuerzas liberales la forma de crear un estado más igualitario que representara a todos los individuos que lo componían, creando así un nuevo sistema que muchos imitarían posteriormente.

jueves, 24 de julio de 2008

Muchas gracias Señorita Ament ^^

Como ven, el blog cuenta ya con nuevo rostro, aún no hay mucho contenido pero eso ya se andará. La maravillosa obra que aquí observan se la debo a la Señorita Ament, Getzsemané para los conocidos ;D. Y como agradecimiento le dejo este regalito



Espero que lo disfrute ^^

domingo, 20 de julio de 2008

Disertaciones

Las horas más oscuras de la noche son las que, por lo general, más ayudan al espíritu creador. Aunque en mi caso lo correcto sería decir "espíritu Des-hinividor". Porque es en estas horas de insomnio de dónde han salido mis más grandes chaladuras. Y esta es otra, un blog para hablar de mis avances en cuestión de ropa, y de todo aquello de lo que desee hablar.

Así que

Alea Jacta Est