Anoche tuve otro de esos sueños en los que me encontraba en una ciudad perdida. En esta ocasión no podría decir un nombre, tan sólo ubicarlo dentro de una civilización, la Maya.
No conozco el porqué del sueño, ni tampoco como es posible que por segunda vez en mi vida, que recuerde, he podido soñar con un sitio que no he visto nunca. Porque sé que esa ciudad no la he visto en ninguna fotografía. No la he visto al completo lo sé, fue un sueño breve, pero aún así la reconocí de otra ocasión.
Reconocí la gran avenida que desembocaba en la Pirámide Escalonada, el pequeño templo en ruinas en su cima, y más allá debastación, restos de hogares, de calles, incluso un cenote al borde del despeño. Todo ello destruido por causa de un cataclismo geológico, si cataclismo, porque sólo un cataclismo podría provocar una falla así, y el posterior levantamiento de la placa formando un precipicio de esas características. Más aún teniendo en cuenta de que la actividad sísmica de la zona es bastante escasa.
Del sueño en sí, a parte de la majestuosidad de la ciudad, poco recuerdo, tan sólo que buscaba algo, algo que estaba oculto en ese precipicio vertical y que, evidentemente no logré hayar. Me faltó el tiempo, y seguramente siempre me faltará. Pero no cambiaría por nada la oportunidad de poder perderme entre esas calles, aunque fuera sólo por unos instantes.
sábado, 16 de agosto de 2008
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4 comentarios:
Hola cariño!!
Gracias por la bienvenida! Yuhu, ahora te tengo controlaita por aqui tambiéen, jajaja. Mua!!
XDDD Nos vamos a controlar mutuamente! ;D
(odio hacer maletas ¬¬)
Interesante Lizz, muy interesante. Creo que necesitas venir a México para sentir la vibración de este país que es, todo él, un increíble ónfalo energético. Fijate que no conzco el sureste mexicano y nunca he puesto el pie en complejos arquitectónicos mayas pero siempre he creido que los sueños como los tuyos, revelan la existencia una relación inconsciente de nostros mismos con aquello con lo que soñamos. ¿Cuál es tu relación con el extinto mundo maya, Lizz? Te dejo un beso enorme.
Carmen López y MArtí
Visitar esos lugares sería para mí una de las mejores experiencias de la vida. Pero no rodeada de miles de personas, no rodeada únicamente por el gélido viento de la noche y el trinar de las aves nocturnas.
No comprendo la razón de esos sueños, máxime porque yo siempre he estudiado con más ahinco el mundo inca que el maya, pero tanto México como los complejos mayas han sido siempre para mí un foco de atracción.
No quiero ni imaginar que sucedería si algún día llego realmente a pisar es sacro lugar...
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