miércoles, 28 de enero de 2009

Mentalidad y Formas de Vida.

LA MENTALIDAD Y LAS FORMAS DE VIDA DE LOS DISTINTOS GRUPOS QUE INTEGRAN LA SOCIEDAD EUROPEA A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

LA NOBLEZA

Destaca por el intento de pervivencia de los Valores tradicionales y son un grupo cerrado y exclusivista al que se pertenece por la sangre. Los elementos claves de su cosmovisión son el orgullo genealógico y, sobre todo el honor.

Muestran un claro desinterés por el progreso económico y, su educación se basa fundamentalmente en el estudio de los clásicos.

Tienen un claro sentimiento de Superioridad Social e intentan mantener, cueste lo que cueste, su status incluso en casos de escasez económica acusada.

Sus formas de vida siguen las pautas del Antiguo Régimen y, por lo tanto, dedican la mayor parte de su tiempo al ocio, ya sea practicando deportes (como montar a caballo o cazar), asistiendo a fiestas y reuniones sociales. La gestión de sus dominios es llevada a cabo por administradores y dependiendo de las esferas de influencia, participan en la política local o nacional

Su economía se basa en la herencia patrimonial y ven el trabajo como un descrédito, tan sólo se consideraban honorables los trabajos relacionados con el ejército, la iglesia y la política, evidentemente en cargos acorde con su rango.



LA BURGUESIA

Alta Burguesía

Se caracterizan sobre todo por su anhelo de asimilación a la nobleza. Por lo que copian pautas de conducta, modelos de ecuación (por ejemplo, intentan enviar a sus hijos a los mismos colegíos que la nobleza), fiestas, mecenazgos artísticos….

A diferencia de la nobleza no es trata de un estamento estanco por lo que hay mayor movilidad a la hora de ascender en la escala social, cuyo baremo de jerarquización es la riqueza.

Defienden el progreso económico y dirigen directamente sus negocios, por lo que dedican bastante menos tiempo al ocio.

El patrimonio heredado no es, por tanto su única base de subsistencia, sino que la obtención de riqueza mediante el trabajo se ve cómo una recompensa al esfuerzo individual.

Todo ello les lleva a tener un acusado sentido de la propiedad y del orden. Y, en algunas zonas, son los que dominan el poder político.

Su ética está basada sobre todo en el ahorro, la vida familiar, las costumbres rigurosas, el gusto por la respetabilidad, una gran compresión de la dignidad del trabajo y el esfuerzo y la gran mayoría son decididamente anticlericales (pero acuden a los actos religiosos ya que los consideran actos sociales).


Clase Media:

Viven de sus pequeñas propiedades o negocios con los que, en su mayor parte están satisfechos por lo que no tratan de asimilarse a la nobleza. Mantienen un nivel de vida decoroso y estable y, si ascienden a estratos superiores es por su propio esfuerzo.

No son exclusivistas, ni destacan por su orgullo genealógico pero si demuestran claras tendencias de hipocresía social.

Dedican poco tiempo al ocio y mucho al trabajo, con el fin de mejorar su situación económica. De la misma manera si estudian lo hacen con visos de trabajar y así obtener mejores beneficios y una mejor posición.

Tienen un sentido muy acusado de la propiedad y son muy amantes del orden. Además su ética está basada en el decoro, es decir, mantener ante todo una apariencia digna, discreta, en consonancia con las normas dictadas por la Sociedad. Si estas reglas se vulneran existe el tácito acuerdo de mantener en secreto las posibles desviaciones.

Defienden los principios anticlericales y, no acuden a la Iglesia. Aunque admiten y fomentan la asistencia la asistencia de sus esposas, hijas o hermanas.

Algunos de sus miembros, intelectuales sobre todo, encabezan los movimientos revolucionarios, criticando duramente los planteamientos de su propia clase.


Clase Media Baja:

Vive con estrecheces económicas pero guardan las apariencias propias de su condición social. Visten de forma diferente a las clases populares para no mezclarse con ellas y, no realizan ninguno de los trabajos de la clase obrera (aunque tenga que sufrir grandes privaciones por ello).

Los hombres generalmente no tienen educación superior porque deben trabajar para ayudar a sus familias. Mientras que las mujeres sólo acuden a los centros educativos hasta primaria, dónde aprenden labores domésticas y religión. No suelen trabajar, y si lo hacen es por absoluta necesidad y sólo en el ámbito del hogar (Costureras, lenceras o modistas), y no fuera de casa. En caso de verse obligadas a trabajar fuera del hogar, sólo aceptarían puestos de dama de compañía o institutriz.

Existe una descristianización bastante alta, lo hombres se van volviendo poco a poco agnósticos y las mujeres vuelven a religiones basadas en la superstición.

No hay apenas tiempo para el ocio que, en muchas ocasiones se ve reducido a la tertulia. Momentos en los cuales la mujer sigue desempeñando sus tareas domésticas.

Son los grandes defensores de los movimientos democráticos ya que, por propiedades, no pueden votar en el sufragio censitario.



CAMPESINADO

Tienen una mentalidad eminentemente tradicional y son los primeros enemigos del cambio. Están poco vinculados a la clase burguesa pero, mantienen un gran respeto hacia la aristocracia y el clero, casi rayano a la adoración.

Son creyentes pero, se basan en un tipo de religión pueril y cargada de supersticiones. En realidad, la religión es un refugio y un respaldo ante los momentos difíciles.

Están muy apegados a sus costumbres ancestrales y tienden a trabajar de sol a sol, excepto en invierno. Momento en el cual las inclemencias del tiempo los recluyen, centrándose entonces en tertulias o juegos de taberna.

La mujer ayuda en las tareas del campo, atiende a los animales y cuida de la casa.

Para ellos son muy importantes las fiestas patronales y las estacionales. Ya que implican su único momento de diversión.

Sin embargo existe dentro de este conglomerado un subgrupo favorable al cambio y al progreso. Son revolucionarios y tienden al anarquismo. Se trata de los braceros, trabajadores a cuenta ajena (generalmente en latifundios) que, por lo general, trabajan mucho y cobran una miseria.

De todas formas, la sucesión de malas cosechas y la progresiva depresión del campo provocarán un éxodo masivo del mundo rural a las grandes ciudades, sobre todo en busca de un trabajo mejor remunerado.



CLASES POPULARES URBANAS

Se trata de un grupo muy heterogéneo y poco integrado. Se trata sobre todo de trabajadores industriales, en manos de la iniciativa privada y el juego de la oferta y la demanda (Sobre todo debido al exceso de mano de obra que termina derivando en un aumento desmesurado del paro y todo lo que ello conlleva).

Suelen trabajar durante muchas horas con un sueldo bajísimo, por lo que para poder dar de comer a la familia es necesario que trabajen las mujeres y los niños.

Viven en entornos insalubres y sufren de sub-alimentación lo que provoca el aumento de la mortalidad, sobre todo de la infantil.

La superpoblación provoca además un paulatino intercambio de ideas que les lleva a la unión y a los primeros planteamientos sindicales.

El horario laboral provoca que el ocio sea escaso y dedicado fundamentalmente al sueño. En el caso de los hombres a veces podían ir al bar pero, en el caso de las mujeres era todavía pero ya que, después del trabajo debían encargarse de las labores del hogar.

Todo ello provoca el desgajamiento familiar por la emigración, la falta de integración, la pérdida de valores ancestrales y finalmente la descristianización.

Este tipo de vida provocó además un aumento considerable de la mendicidad y del crimen.


TIPOS DE SOCIEDAD EN EL CONTINENTE A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

1.- Sociedades Rurales Tradicionales:

La población activa es fundamentalmente agraria y en menor medida, comerciantes, artesanos y profesionales liberales. Trabajan de la tierra y destacan los grandes propietarios latifundistas generalmente nobles, aunque poco a poco empiezan a tomar fuerza la burguesía adinerada.

Encontramos este tipo de sociedades sobre todo en el Sur de España, Portugal e Italia, Hungría, la zona balcánica y los Estados Alemanes del Sur del Elba.


2.- Sociedades Rurales Evolucionadas

Se centra ya en la agricultura de mercado por lo que se aprecia una mayor población y un mayor número de ciudades. No existe ningún sistema de servidumbre y aumenta la tecnificación con el fin de aumentar la producción. Los grandes propietarios de la tierra siguen siendo nobles sobre todo la alta nobleza (lords), la nobleza media upper gentry) y los hidalgos o baja nobleza (Squires). Aunque también podemos econtrar como propietarios de tierra a la burguesía y a los campesinos ricos.

En este tipo de sociedad encontramos también a trabajadores arrendatarios, obreros agrícolas y criados, tanto de campo como del servicio doméstico.

Podemos encontrar Sociedades Rurales Evolucionadas sobre todo en grandes zonas de la Europa Occidental y Septentrional.


3.- Sociedades Urbanas:


Formadas por Clases aristocráticas, clases medias y clases populares urbanas.

· Aristócratas: Viven de las rentas de sus tierras y ocupan los puestos más importantes del gobierno de la nación.

· Burguesía/Clase Media:

Clase Media Alta: Compuesta por la burguesía comercial, la industrial y financiera. Poco a poco intentan conseguir más poder político y social.

Clase Media: Compuesta por pequeños propietarios, comerciantes, pequeños industriales, profesionales liberales (como abogados, médicos, notarios, farmacéuticos, profesores…). Muchos de ellos con escasos capitales pero con un status mayor debido a su profesión.

Clase Media Baja: Son los gestores, funcionarios empleados en oficinas, empleados de comercio… En definitiva los asalariados.

· Clases Populares urbanas: Son los trabajadores manuales por cuenta ajena, cómo artesanos, trabajadores fabriles, criados del servicio doméstico, trabajadores adscritos al sector servicios (cocheros, planchadoras, costureras….) y cada vez más, los mendigos.


CONFIGURACIÓN DE LA SOCIEDAD A MEDIADOS DEL SIGLO XIX EN GRAN BRETAÑA

A mediados del Siglo XIX Gran Bretaña es social, económica, política y mentalmente un país aristocrático.

Económicamente se pueden apreciar dos sectores en pugna el manufacturero y la agricultura tradicional, pierde esta última sin embargo no se aprecia un declive de los terratenientes (sobre todo pertenecientes a la media y a la gran nobleza) quienes mantienen la hegemonía sobre la clase empresarial urbana.

La industria de los bienes de consumo se ha asentado mientras que, la de bienes de equipo implica sólo un pequeño porcentaje de la clase trabajadora. La minería del carbón y los transportes crecen con mayor rapidez que el resto y el comercio internacional aumenta su importancia. Y se puede apreciar una importante proliferación de los pequeños comercios en zonas urbanas, lo que implica un aumento de la pequeña burguesía.

En cuanto a la sociedad se mantienen los parámetros de una de tipo tradicional. Sin embargo, poco a poco la alta burguesía intenta ennoblecerse comprando fincas para así poder obtener el título de par.

De todas formas, la fórmula más habitual de ennoblecimiento seguía siendo la prestación de servicios al Imperio.

Además los hijos de los burgueses adinerados comienzan a recibir su educación junto a los hijos de los nobles, cursando prioritariamente estudios clásicos.

Por ello, podemos establecer que la pirámide social se establece de la siguiente forma:

· ALTA NOBLEZA: Distribuye su tiempo entre sus posesiones y La Temporada Londinense.
· BAJA NOBLEZA CAMPESINA (Gentry): Vive en sus tierras pero mantiene su posición en la cúspide de la pirámide social.
· BURGUESÍA COMERCIAL Y DE LOS NEGOCIOS
· TERRATENIENTES (Contry Gentlemen)
· MAGNATES DE LA MINERÍA
· PROPIETARIOS DE COMPLEJOS SIDERÚRGICOS Y METALÚRGICOS:
· BURGUESÍA INDUSTRIAL: Dedicados a los bienes de consumo.
· BURGUESÍA MEDIA: Profesionales liberales, propietarios de pequeños talleres manufactureros…
· CLASE MEDIA CAMPESINA: Granjeros, pequeños ganaderos, labradores…
· PEQUEÑA BURGUESÍA URBANA: Pequeños comerciantes, artesanos…
· BASE: Las Clases populares tanto campesinas como urbanas


Langa Laorga, Alicia: "La Sociedad Europea del Siglo XIX a través de sus textos literarios." Colección: La Historia en sus Textos. Editorial Istmo. 1990.

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